Hoy toca una de casquería. Los higaditos de pollo es uno de mis platos favoritos. Es esa clase de plato que cuando era pequeño odiaba, y hoy de adulto me encanta. Hay una larga lista de alimentos que no me gustaban nada de nada y hoy por hoy los consumo con gran placer. Hay otra larga lista de alimentos que no me gustaban, y hoy me siguen sin gustar, lo cual limita bastante la cocina que realizo en casa.
Los higaditos han de cocinarse muy frescos. Suelen tener una caducidad de un par de días, pero yo los compro y los cocino en el mismo día. El que estén muy frescos es uno de los secretos del plato, y además evitará malas digestiones.
Ingredientes para 2 personas:
300gr de higaditos de pollo
1 cebolla mediana
1 vaso de café de vino blanco
100 gr de patatas fritas (yo uso de las congeladas)
Aceite de oliva y sal.
Limpiamos los higaditos a conciencia. Hay que limpiarlos mucho. Separamos los corazones de los higaditos, y partimos estos en un par de trozos, evitando destrozarlos. Calentamos aceite en la sartén (un par de cucharadas soperas) y pochamos la cebolla, previamente cortada en trozos pequeños o en juliana. Cuando la cebolla comience a transparentar añadimos los higaditos y los corazones y los freímos bien.
Añadimos las patatas fritas y seguimos friendo hasta que las patatas estén mas o menos hechas. Movemos de vez en cuando para que no se nos quemen ni las patatas ni los higaditos. Como yo utilizo las patatas fritas de las congeladas, se fríen muy rápidamente (cinco minutos). Si se opta por hacer patatas fritas caseras, entonces hay que freírlas previamente.
Añadimos la sal y el vino blanco y dejamos otros cinco minutos para que evapore. Retiramos y servimos.
Os pongo una fotillo del aspecto que tienen los higaditos ya elaborados: